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Esta corona de Navidad salada es una propuesta fácil y apetitosa que encanta tanto a mayores como a pequeños. Y es que es un plato sabroso y llamativo que conquista con su sabor suave y delicado, su irresistible textura crujiente por fuera y cremosa por dentro y su vistoso y navideño aspecto.

El pastel de calabaza es uno de los postres más famosos de la gastronomía estadounidense. Y es que en Estados Unidos empieza a vestir las mesas en Halloween y continúa haciéndolo hasta Navidad, teniendo especial presencia en Acción de gracias.

Esta receta es un plato reconfortante y lleno de sabor, con un delicioso toque a mar, ideal para acompañar con pan y aprovechar así la exquisita y delicada salsa, la cual destaca por sus sabrosos y aromáticos matices.

Esta receta es ideal tanto para comer en casa como para llevar al campo, a la playa o a la oficina, pues resulta igual de exquisita tanto caliente como fría y se conserva muy bien.

Estos saquitos rellenos son crujientes por fuera y con un interior meloso y muy sabroso que destaca por la deliciosa combinación de sabores que forman la morcilla vegetal junto al punto dulce y vivo de la tierna manzana asada.

Esta receta es maravillosa para deleitarse con el delicioso contraste que se genera entre los dátiles y el queso crema, así como del que crean las distintas texturas, donde la cremosidad del queso abraza la solidez de los trocitos de pistacho.

Ésta es una lasaña diferente, con sabor a otoño y una textura cremosa y absolutamente deliciosa.

El alioli de membrillo es una receta tradicional de la región de Lleida, situada al oeste de Cataluña.

Este strudel es un pastel salado formado por varias capas de masa filo y un delicioso relleno de setas y frutos secos que, al enrollarlo, crea una especie de remolino. De ahí precisamente proviene su nombre, ya que en alemán, la palabra ‘strudel’ se traduce literalmente como «remolino».

Estos champiñones rellenos son un entrante muy sabroso. La mezcla de verduras, junto al tofu macerado, crea un sabor intenso y lleno de matices que, gracias al punto cremoso y ácido de la crema agria de anacardos, se ve resaltado de manera excepcional.