Ajoblanco

Ajoblanco
Ajoblanco

El ajoblanco es una sopa fría muy consumida en Andalucía y Extremadura, concretamente en las regiones de Badajoz, Córdoba, Granada, Jaén, Almería y, de manera especial, en la región de Málaga, tierra de almendros y, donde una de sus localidades, Almáchar, celebra cada 2 de septiembre la ‘Fiesta del ajoblanco’.

Éste es un plato que tiene su origen en el ‘Salmorium’ que se preparaba en la antigua Roma, del que el poeta Publio Virgilio Marón dejó constancia en su égloga segunda, escrita entre el 42 y el 39 a.C. A través de sus poemas, Virgilio ensalza la vida de los campesinos de la época y sus costumbres, entre las que menciona el hábito de tomar este refrescante majado para reponer fuerzas tras el duro trabajo en el campo durante el estío.

Sin embargo, el ajoblanco, tal y como lo conocemos hoy en día, es legado de la cocina andalusí, pues a pesar de que fueron los fenicios quienes introdujeron las almendras en el Mediterráneo, y los romanos quienes empezaron a cultivarlas de manera intensiva, fueron los árabes quienes difundieron su cultivo y exploraron y crearon multitud de platos con este nutritivo ingrediente, desde salados como el arroz árabe, hasta dulces como el alfajor.

Así, uniendo el histórico ‘Salmorium’ con el nuevo y rico fruto proveniente de Asia, nació este reconstituyente y nutritivo gazpacho blanco de refrescante sabor y sutil aroma a almendra, la cual, además, aporta un punto cremoso muy fino y delicado.

A nivel nutricional, esta crema fría es muy completa, pues es rica en proteína, fitoesteroles, carbohidratos, ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9; flavonoides, aliína, fibra, vitaminas C, E y del grupo B (B1, B2, B5, B6, B7 y B9 o ácido fólico), calcio, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, potasio, selenio y zinc.

A continuación podéis ver qué ingredientes necesitáis y los pasos a seguir para poder hacer este cremoso y reconstituyente majado tan sencillo y fácil de preparar.

Grado de dificultadTiempo de preparaciónRaciones
Muy fácil30 m.Para 5 personas

*Más 2 horas de refrigeración.

Ingredientes

  • 250 gr. de almendra (sin piel)
  • 120 gr. de miga de pan redondo de máquina (del día anterior)
  • 650 ml. de agua
  • 3 dientes de ajo
  • 200 ml. de aceite de oliva virgen extra (sabor suave)
  • 3/4 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de vinagre de Jerez

Preparación

  1. En un cuenco, echamos 150 ml. de agua y ponemos en remojo la miga de pan durante 10 minutos. Pasado este tiempo, escurrimos y reservamos.
  2. Ponemos las almendras en el vaso de la batidora, añadimos la miga de pan hidratada y un poco del agua restante y comenzamos a batir. Continuamos batiendo mientras vamos agregando el resto del agua.
  3. Una vez tengamos una crema fina, echamos el aceite poco a poco y seguimos batiendo para que se integre bien. Incorporamos los ajos pelados, el vinagre y la sal y batimos durante 1 minuto más.
  4. Cuando lo tengamos listo, pasamos el ajoblanco a un bol, lo tapamos y lo introducimos en la nevera durante 2 horas para que los sabores se asienten y tome la temperatura ideal. Transcurrido este tiempo, servimos.

Notas

  • Podéis utilizar almendras ya peladas, pero el ajoblanco tendrá un sabor más suave y aromático si utilizáis almendras con piel y las peláis vosotros mismos. Para ello sólo tenéis que poner a calentar un poco de agua en una olla y, cuando rompa a hervir, poner las almendras en un colador y echar el agua sobre éstas. Una vez se enfríen un poco las almendras, ya las podréis pelar.
  • Aseguraos de que el pan que utilizáis no lleva nada de origen animal, como mantequilla, leche, huevo y/o mono y diglicéridos de ácidos grasos de procedencia animal (e471).

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