Los momos son originarios del sur de Asia, concretamente del Tíbet. Con el paso del tiempo, y a causa del éxodo de tibetanos que encontraron refugio en Nepal en los años 50, también se popularizaron en dicho país, donde se han convertido en uno de los platos más importantes de la gastronomía nacional.

Otro país donde también podemos disfrutar de este delicioso manjar es en India, especialmente en la zona norte, donde los encontramos en forma de empanadilla pero igual de irresistibles.

Los momos consisten en trozos de masa realizada con harina de trigo y agua que se rellena con distintos ingredientes y se cocinan al vapor, aunque también se pueden realizar fritos. A la hora de servir, se suelen acompañar con una deliciosa salsa, como la salsa de tomate picante nepalí .

Su tierna masa exterior, junto a su sabroso interior lleno de especiadas notas, hacen de este plato una auténtica delicia a la que resulta realmente difícil resistirse, especialmente cuando los bañamos en la exquisita salsa de tomate picante.

A nivel nutricional, gracias a los ingredientes que conforman su interior, estos momos son ricos en flavonoides, fibra, proteína, lecitina, alicina, aliína, betacarotenos, beta-criptoxantina (precursora de vitamina A), carbohidratos, terpenoides (antioxidantes), ácidos grasos omega 6 y 9, curcumina, turmenona, ukonan A, B, C y D; vitaminas C, E, K y del grupo B (B1, B2, B3, B6, B8 y B9 o ácido fólico); azufre, calcio, cobalto, cobre, cromo, flúor, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, potasio, selenio, silicio, sodio y zinc.