Estas galletas, además de destacar por su aspecto delicado y vistoso, resultan irresistibles al paladar gracias a la combinación de la suave y avainillada galleta, ligeramente cubierta con azúcar glas, y la acaramelada frescura de la mermelada de fresa.

Estos fritters de calabacín, boniato y nueces son un entrante de textura tierna y jugosa, y delicioso sabor ligeramente dulce, especialmente ideales para disfrutarlos durante los meses de otoño e invierno.

Estas croquetas de chocolate son unas croquetas diferentes y originales, que siempre sorprenden y fascinan a los más golosos y a quienes les encanta probar cosas nuevas.

Ésta es una lasaña diferente, con sabor a otoño y una textura cremosa y absolutamente deliciosa.

El alioli de membrillo es una receta tradicional de la región de Lleida, situada al oeste de Cataluña.

Desde que la receta fuera introducida y popularizada por la empresa Campbell en los años 50 (cuando ésta y otras compañías del sector empezaron a acompañar sus productos con recetas en las que los consumidores los podían emplear), la Cazuela de judías verdes se ha convertido en un imprescindible de la cena de ‘Acción de Gracias’ en millones de hogares estadounidenses, donde se sirve como acompañamiento especial cada último jueves del mes de Noviembre.

Si hay un condimento sencillo y que realza de una manera deliciosa cualquier plato, ése es la cebolla crujiente.

Las gachas dulces son una receta que se prepara tradicionalmente en España para el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), especialmente en Andalucía y en la región de Badajoz (Extremadura). Aunque recuerdan a las natillas, el proceso se asemeja más al de una bechamel, por lo que el resultado es una especie de bechamel dulce, cremosa y con exquisitos y fragantes matices.

Si buscamos una morcilla que proteja a los animales, al planeta y nuestra salud, esta morcilla vegana es la alternativa ideal, ya que además de original y deliciosa, es sostenible y saludable.

El nombre original de esta receta es 'Pommes de Terre à La Boulangère', ya que inicialmente, este plato de ascendencia francesa se realizaba en los hornos de las panaderías, pues las casas no disponían de horno propio. Así, para preparar estas patatas, se llevaban a la boulangerie, donde la panadera las horneaba aprovechando el calor remanente de haber cocido el pan.